La Importancia del Hielo
Hoy me puse a pensar en la cantidad de viajes que he emprendido y en la cantidad de millas que he recorrido durante ellos. Me parecio un dato interesante que la circunferencia del globo terraqueo a la altura del Ecuador es de 24,902 millas, lo cual indudablemente es una gran distancia. Revisando mi programa con American Airlines, llevo al dia de hoy 159,460 millas voladas, lo cual implica que podria haberle dado la vuelta al mundo 6.4 veces, solo con esa aerolínea.
Desde que empece a volar en los ochenta, la preferencia por aerolíneas ha cambiado considerablemente, asi que si considero los vuelos en United, Taca o Mexicana -que fueran mis preferidas en los noventa- y sumamos otras como KLM, Alitalia, Lan Chile, Copa, Air France, Continental, Easy, British, Northwestern, Transbrasil, PanAm, etcétera, etcétera, calculo que habre sumado un total parecido o mayor al anterior. Redondeando, calculo que le podria haber dado la vuelta al mundo unas 13 veces minimo.
Este 2006, he entrado a un avion 12 veces. Doce aeropuertos, al menos veinticuatro horas de espera, un dia perdido, o ganado. Para diciembre, habre volado unas 37,000 millas (vuelta y media al mundo) y pasare 74 horas en el aire, mas de tres dias. Pase en tierra solo 362 dias del año.
Todos estos son datos interesantes y ahora que hago la matematica, bastante impactantes. Sin embargo, el otro dia hablando con un amigo, me conto que ha estado ya en 60 paises, en los cinco continentes y que –contadas excepciones, entre ellas Costa Rica- nunca ha repetido un pais. El muchacho se va a casar en Escocia y planea ir de luna de miel a dos lugares, Borneo en el Pacifico Sur y Senegal en Africa Occidental. Es considerablemente mas joven que yo e indudablemente hace mis numeros insignificantes. El es un explorador contemporaneo.
Hasta el momento creia que solamente existian dos categorías de personas que recorrian lugares por placer: turistas y viajeros. El turista es aquel que básicamente solo visita sitios turisticos, anda en taxi o con guia, se monta en bus con sombrerito, hace setecientas fotos y come hamburguesas en Italia. El viajero por su parte, es un poco mas abierto a la cultura del lugar que visita, maneja en vez de ser transportado, come y bebe en los sitios favoritos de los locales, se mezcla con ellos, hace amigos, no duerme en hoteles sino que renta apartamentos y la mayoria de las veces deja el mapa en la casa. Ahora sumamos este explorador contemporaneo, que no solo hace las cosas que hace el viajero, lo hace en extremo.
Si ya mezclarse con los locales en Francia es difícil, imaginen hacerlo con una tribu en Kenya, o esquimales en Alaska. Si probar las almejas en Bélgica ya se hace difícil para alguna gente, imaginen el menú en Nepal, o en Burkina Faso. Dormir al aire libre en el Serengetti, sin la comodidad del aire acondicionado, o en las alturas japonesas sin calefacción y solo una fogata.
No niego que estas aventuras suenen interesantes y hasta a veces divertidas, pero creo que yo no podria tomar mis vacaciones para ir a un lugar donde no tengo un excusado, o hielo. Creo que se necesita un tipo de persona distinta, con sangre de otro color en sus venas para realmente invertir el poco tiempo que tenemos de vacaciones en situaciones tan extremas, tan diferentes. Repito, yo no podria.
Esas pequenas cosas comodas, aunque parezca mentira, hacen el viaje. Por supuesto ahora que pienso en el cercano viaje a casa, no pienso en el aire acondicionado, ni en la electricidad, ni en la presion de la ducha. Indudablemente el ver a mi familia y amigos, el comer un ceviche, el sentarme en mi bar favorito, son las cosas que vienen a la mente. Pero si ese bar no tuviera musica, o si el ceviche no estuviera refrigerado, el viaje no seria tan placentero.
Asi que de momento, me quedare entre turista y viajero, dependiendo del tiempo que tengamos en cada lugar. Si hay hielo, probablemente nos quedemos mas.
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